domingo, agosto 10

einsam ein Woche (Historia XXII)

Esta es la historia de dos mundos, de dos ciudades, de dos culturas distantes y opuestas. Esto es lo que sucede cuando se tratan de unificar dos cosas inunificables. Cuando la vida te dice que las cosas son mas volatiles que uno mismo y que las fronteras estan para dividir. No para unificar.

Esta ella, aquella ciudad de gran belleza, de gran arte, de noche. Esta la otra, que comparte todo lo contrario, que es de paz y quietud. Que solo sabe de felicidad tempranera pero no de bohemia. Que se debe mas a la barbarie que al arte, mas a lo racional que a lo improvisado.

Y si me preguntan quien soy, no se que responder, pues parte de eso indica de donde provengo, y aunque se de donde nací, no acepto el hecho de que las fronteras, lineas impuestas por el criterio de otros, no me permitan vivir feliz, no me permitan estar donde yo quiero, porque debido a las fronteras, ese lugar ya no existe.

Solo se tres cosas; se que estoy disponible a cualquier negociacion, se que estoy disponible para cualquier guerra, se que estoy disponible para el exilio. Pero el quedarme, el aceptar el status quo me mata. Si existiese un poema o una oracion que a medida que la repitiese las cosas fuesen mejorando, la cantaria al mundo todos los dias. Si las cosas estuviesen en mis manos, daria mi alma porque suceda algo, daria muchas cosas por tener la mera posibilidad de tener la situacion en mi lado de la cancha, pero no es asi y eso duele y desespera.

Y hasta ahora, llevo dos cartas, cincuenta canciones y varios lamentos para rememorar esta situacion. Las cartas son para ti, las canciones son para mi y los lamentos son para nadie, porque a pesar de que se decidió lo mejor, aun no entiendo como causó tanto dolor. Y si me las pides, podras ver todo lo que se ha construido y diseñado en tu nombre. Pero lo que mas me llena es el hecho de que cuando las tijeras de un brazo mareen mi cabeza, esas cartas estaran para acordarme de lo que debi haber olvidado y si me llego a ir, y si tu llegas a volver, esas cartas estaran ahi para decirte lo que no pude decirte, lo que el miedo y el dolor apagaron a punta de vodka, a vasos de escocés.

Ahora a pensar lo peor, a pensar en la soledad, y en la falta de animos para vivir lo que se supone deberia hacerme feliz este mes. Cinco dias y siento que son una cuenta regresiva al pánico, una sutil cuenta regresiva de lo que esta siendo mi vida. Y aunque no lo quieras oir, y aunque yo no tenga el valor de decirlo, es tu culpa.

Y si me preguntan quien soy, soy München, y tu... tu eres Barcelona

1 comentario:

Tita dijo...

alguien te busca ..
alguien necesita que lo escuches.