Lloramos, pataleamos, gritamos, escupimos, fumamos, tomamos, cantamos, una y otra vez. Y despues de un tiempo, hay que detenerse, sacar la cabeza por el lado, tomar aire y seguir con la fiesta.
¿Fiesta?, porque huele a funeral, a dolor y al salar de las lagrimas del amor entre otras cosas.
Pero no importa, nada importa realmente como se cree, si al final hace tiempo aprendi a no vivir para el cielo, e incluso para mi bienestar. Simplemente hacer lo que quiero y pocas veces lo que debo.
Y si alguna vez odie las fronteras, hoy las aborrezco, las de todos y las tuyas, sobre todo las tuyas, aquellas que me enseñaron a que aun me faltaba aprender a sufrir. Ya que toda la vida estuve sosteniendo cargas y culpas ajenas, estuve estoico frente a la vida y mi futuro, frente a mi alma y lo que queda de mi espiritu. Lo peor, lo mejor, es que puedo decirle a mucha gente que pese a lo que pese a todo, yo soy la mejor maldita cosa que han visto en su vida, con lo que se demuestra que para ganar no basta ser el mejor, tampoco suerte, se requiere tempo. Y gracias a eso, puedo vivir y morir tranquilo, porque bajo mis argumentos, no me puedo arrepentir de nada y eso a la larga conlleva la paz, mi tan anhelada paz, y al que no le gusten mis argumentos, a mi no me gustan los suyos.
Lore likes…#07
Hace 13 años.